En los últimos años, los gobiernos de varios países han introducido medidas
para combatir el fraude fiscal y mejorar la confianza de los consumidores
mediante la implementación de sistemas de facturación electrónica.
Estos sistemas permiten generar facturas verificables y autorizadas
directamente
por las administraciones fiscales, lo que proporciona un control más
riguroso
sobre las transacciones comerciales.
Una factura electrónica es un documento digital que registra una transacción
entre un comprador y un vendedor.
Lo que la distingue de una factura
convencional es que debe cumplir con ciertos requisitos técnicos y legales
para
ser validada por la autoridad fiscal competente. En general, el proceso
incluye:
Creación: El emisor de la factura genera el documento en formato electrónico
Validación: La factura es enviada a la administración tributaria para ser validada y autorizada. Este paso asegura que los datos de la factura son correctos y cumplen con la normativa fiscal.
Certificación: Una vez validada, la factura recibe un código único o certificado digital que garantiza su autenticidad.
Almacenamiento y Acceso: La factura electrónica debe ser almacenada tanto por el emisor como por el receptor, garantizando su accesibilidad para futuras auditorías.
Cada país de la Unión Europea está adoptando su propio sistema de facturación electrónica con características particulares. A continuación, un breve repaso de los sistemas implementados en algunos de los países miembros:
España: Se utilizan dos sistemas principales: Verifactu y TicketBAI. Verifactu es el sistema para la verificación de las facturas emitidas por empresas y profesionales, mientras que TicketBAI es obligatorio para las empresas en algunas regiones, como el País Vasco, y se enfoca en controlar la correcta declaración de las ventas.
Italia: ha sido pionera en la adopción de la factura electrónica con su sistema Sistema di Interscambio (SdI), que obliga a todas las empresas a emitir facturas electrónicas tanto para transacciones B2B (empresa a empresa) como B2C (empresa a consumidor).
Francia: En Francia, el sistema se denomina Chorus Pro, obligatorio para todas las empresas que emiten facturas al sector público, con planes de expandir su uso a las transacciones comerciales en general.
Portugal: El sistema portugués de facturación electrónica es conocido como e-Fatura, que exige que todas las facturas sean registradas electrónicamente ante la Autoridade Tributária e Aduaneira.
Alemania: Aunque la adopción de la factura electrónica ha sido más lenta en Alemania, ya se ha implementado ZUGFeRD para facilitar la creación y procesamiento de facturas electrónicas en formato híbrido, compatible tanto para humanos como para sistemas electrónicos.
No solo los países de la UE están adoptando estas medidas. Varios países fuera de la Unión también han implementado o están en proceso de implementar sistemas de facturación electrónica. Algunos ejemplos incluyen:
México: El sistema CFDI (Comprobante Fiscal Digital por Internet) es uno de los más avanzados a nivel mundial. En México, todas las transacciones comerciales deben ser registradas y validadas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Brasil: El sistema brasileño, conocido como Nota Fiscal Eletrônica (NFe), está en funcionamiento desde 2007 y es obligatorio para la mayoría de las empresas. Incluye una estricta validación por parte de la Secretaría de Hacienda.
Argentina: En Argentina, la Factura Electrónica es obligatoria para una amplia gama de sectores, y su control está a cargo de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Chile ha implementado un sistema de facturación electrónica obligatorio para todas las empresas, conocido como Factura Electrónica o Sistema de Facturación Electrónica (SII), gestionado por el Servicio de Impuestos Internos.
Colombia El sistema de facturación electrónica en Colombia es obligatorio para muchas empresas y está gestionado por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN).
Perú: tiene facturación electrónica es obligatoria para empresas de ciertos sectores y se gestiona a través de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT).
Uruguay: El sistema de facturación electrónica en Uruguay, conocido como Comprobante Fiscal Electrónico (CFE), es obligatorio para la mayoría de las empresas y está administrado por la Dirección General Impositiva (DGI).
Ecuador: ha implementado su sistema de facturación electrónica, Factura Electrónica del Servicio de Rentas Internas (SRI), que es obligatorio para diversas categorías de contribuyentes.
India: introdujo la facturación electrónica obligatoria para grandes empresas en 2020, con un sistema gestionado por el Goods and Services Tax Network (GSTN).
China: ha estado implementando gradualmente su sistema de facturación electrónica, conocido como Fapiao Electrónico, en distintas regiones y sectores.
Arabia Saudita: está implementando un sistema de facturación electrónica llamado Zakat, Tax, and Customs Authority (ZATCA), que es obligatorio para las empresas en dos fases, la primera de las cuales comenzó en 2021.
Emiratos Árabes Unidos: Aunque no es obligatorio a nivel nacional todavía, los Emiratos Árabes Unidos están avanzando en la implementación de sistemas de facturación electrónica a través de la Federal Tax Authority (FTA).
Sudáfrica: está en proceso de estudiar la implementación de facturación electrónica para mejorar el control fiscal y reducir el fraude.
Aunque estos sistemas buscan mejorar la transparencia fiscal y reducir el fraude, presentan varios desafíos para las empresas:
Costes iniciales: Implementar un sistema de facturación electrónica implica elevadísimos costes iniciales, especialmente en términos de tecnología, pero también en formación y adaptación del proceso.
Cumplimiento normativo: Cada país tiene sus propias normativas, y las empresas que operan en múltiples jurisdicciones pueden enfrentar dificultades para mantenerse al día con las diferentes regulaciones y requisitos técnicos.
Integración con sistemas existentes: Muchas empresas ya tienen sistemas de gestión empresarial (ERP) y procesos contables establecidos. Integrar el nuevo sistema de facturación electrónica con estos procesos puede ser complejo y costoso.
Mantenimiento y actualización: Los sistemas de facturación electrónica requieren un mantenimiento continuo para asegurar que cumplen con las actualizaciones legales y técnicas que son introducidas frecuentemente por las autoridades fiscales.
Sabemos que la implementación de un sistema de facturación electrónica es sumamente complejo. Nuestro objetivo siempre es ayudarte, y por eso queremos simplificar este proceso y proporcionarte una solución adaptada a las necesidades de cada país y normativa.
Clientes de todo el mundo confian en Gespet para la gestión de sus negocios y esto es un gran desafio para nosotros. Estamos trabajando duramente para integrar opciones de facturación electrónica específicas para los diferentes países/regiones y los iremos incorporando progresivamente.
Te mantendremos informado conforme vayamos incluyendo nuevos.